La tarde de ayer, 25 de junio, recibí la noticia “Murió el Rey…”.Debemos reconocer que aunque aparentemenete no estemos tan vinculados al mundo del espectáculo, como su trayectoria, este acontecimiento nos hizo detenernos un instante, y vaya que con los años (y las experiencias) uno puede perder la capacidad de asombro.
¿Quién es Michael Jackson? En la batalla de primicias, coincidieron los comentaristas de espectáculos que el proclamado “Rey del Pop”, será una figura indiscutible de la cultura pop del siglo XX.
Pero, seamos realistas en aras de descubrir ¿qué fue lo que volvió tan extraordinaria a esta persona?, ¿qué no han hecho otros artistas para llegar hasta ese nivel de reconocimiento?
Seguramente muchos responderemos de modo inmediato que fue una superestrella provocadora de grandes escándalos, como artista se transformaba y ofrecía asombrosos espectáculos, además hasta ahora fue el mayor vendedor de discos, la trayectoria de sus producciones musicales será una referencia dentro del panorama musical contemporáneo… El símbolo de una generación.
Queda muy exigente su marca de 800 millones de discos vendidos, más los que se irán acumulando tras su fallecimiento, y ahora el reto será mayor, desde que la industria se cimbró con los portales descargadores de música o la copia casera de discos.
¿Quién lo hizo rey? En el sentido estricto, “su” música marcó una era, él fue co-autor de algunas de sus canciones más distintivas, poco se sabe de él como ejecutante de algún instrumento; sin embargo tomó excelente decisiones y contrató a los mejores músicos, escritores, productores, diseñadores de imagen, publicitas, abogados… aunque no así con sus cirujanos (ups!).
Tampoco fue modelo de belleza o de virtudes morales, no. Sus transformaciones estéticas (o todo lo contrario) fueron centro de conversaciones y risas, igual que su vida personal expuesta a la opinión pública en los medios internacionales; o su adicción a los antibióticos (producto de su hipocondría), incluso aún se investiga si fue crimen premeditado o un fatídico descuido lo que realmente ocasionó el muerte.
¿Qué lo hizo rey? Era un intérprete fenomenal, sí. Su coreografía de pasos en reversa marcó escenarios, al igual que su movimiento de cadera y su grito agudo al final de una vuelta centrífuga. Literalmente hablando, fue “emocionante” cada uno de sus conciertos, aún y con sus calcetas blancas y zapatos de charol, aún con su traje circense y su guante con brillos y destellos.
Era un transformista extraordinario y eso era evidente en cada una de las entrevistas que le realizaron. En verdad el Michael cotidiano era uno muy diferente al Michael escénico. ¡Qué gran diferencia!
Al menos la inmensa mayoría de aquellos que somos sujetos del mundo comercial hemos escuchado su nombre. Y, cual celebridad, su muerte también fue gran noticia de primeras planas, resúmenes noticiosos y cortes informativos.
Parece que el dios estrella tenía más de humano. Seguramente veremos oleadas de fanáticos volcadas con velas y flores, y como las obscuras golondrinas volvieron ya a escucharse sus canciones en reproductores de audio.
Una de las razones que justifican su éxito monumental fue su impacto masivo, pero no uno de un mensaje hueco, a pesar de tener el mayor aparato mercadotécnico a su disposición pudo no haber triunfado.
La frase monárquica declara “El rey a muerto… Viva el rey”. ¿Habrá sucesor al trono? Indiscutiblemente a través del tiempo su nombre quedará marcado como referencia de un artista auténtico, espectacular, único.
Quizás por unos momentos se dejaron de lado sus grandes equivocaciones, quizás por unos momentos se detuvivieron los juicios de sus actos... quizás una enseñanza más nos deja su ausencia es el valor de un bueno acto solidario, de un buen mensaje de esperanza.
Me quedo por ahora con parte de una de sus banderas diciendo: "Heal de World, make a better place, for you and for me, and the entire human race. There are people dying. If you care enought for the living, make a better place for you and for me..."
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