BORAT

Sin duda los americanos se han ganado por mérito propio la crítica sistemática desde todos los rincones del mundo y bajo todos los enfoques posibles, y es que de veras los gringos se ponen de pechito con su mentado american dream.

Pero no nos predispongamos al ataque, es sólo que lo que esta película en un inicio pudiera parecer una comedia satírica que no ameritara un análisis más profundo, pero impresionantemente es documental con una asombrosa visión, simple y sin tapujos, de la cultura americana en todo su esplendor, desde el fanatismo de los movimientos religiosos y la defensa intransigente del espíritu nacionalista, hasta los íconos mediáticos, como Pamela Anderson en su traje de baño rojo saliendo del agua para la rúbrica inicial de Baywatch.

Al otro lado del Mundo, Kazajstán es una nación que se ubica en la región Euroasiática, bordeada al norte por Rusia, China, Kyrgyzstán, Uzbekistán y Turkmenistán, y también en una significativa parte por el Mar Caspio.

De ahí, Borat, un personaje desinhibido e inquieto, se aventura a Norteamérica desde su lejana y rudimentaria provincia, con la encomienda de “Aprender la cultura de América para lograr el beneficio de la Gloriosa Nación de Kazajstán”.

Hay que verla inmediatamente, cual entrega de mensajería, muy a pesar de que la historia nos parezca un divertido juego mental de Sacha Baron Cohen, bajo la dirección de Larry Charles, ya que Borat (y Brüno, que repite la misma fórmula) provoca en el espectador un balanceo entre lo grotesco y lo estúpido, provocando en más de una ocasión el humor involuntario y la auténtica pena ajena.

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