CHANGELING (EL SUSTITUTO)

¡Casi me arranco mi verde cabellera del coraje! Primero por la horrenda caracterización que le hicieron a Angelina Jolie. Parece estropajo bien peinado con laca y, cuando se pone ese sombrero feo, casi me la imaginé como lámpara de sala antigua. Sí, ya sé que esa era la moda de los 20s.

En segundo lugar estuve al borde de vomitar litros de bilis por la molestia constante que provoca ver el desempeño déspota de la policía de Los Angeles. Pero más litros le hubiera yo escupido a la pantalla porque acontecimientos como ése siguen pasando y no hay quién le ponga freno a los malos funcionarios públicos.

En Changeling, Christine Collins tiene mucho en contra para disfrutar de una vida tranquila, no porque yo lo diga, sino por la historia de una sociedad machista que se ha empeñado en sobajar a los débiles durante siglos.

Nuestra insufrible protagonista es mujer, madre soltera y asalariada. Por si acaso esos ingredientes no le agregaran ya un cúmulo de dramatismo, un día tiene que salir de emergencia a su trabajo como coordinadora de operadoras telefónicas, y sin otra alternativa deja a su hijo solo. ¡¿A quién se le ocurre?! No se requieren poderes psíquicos para adivinar que a su regreso, Walter de 8 años, no estará en casa.

La historia no se trata de un niño desaparecido sino de las incompetencias del servicio público. ¿Qué parte de los hechos no entienden? Aún ahora hay mucha madre desnaturalizada que abandona a sus hijos en basureros o a las puertas de casas ricas en canastas con notas anónimas, pero desde el inicio de esta trama nos consta que ése no es el caso. Esta madre amorosa y dedicada tendrá que confrontarse a policías que piensan que la gente es p… poco inteligente, que no les tiene miedo y en cambio está decidida a encontrar a su hijo.

La película no ofrece muchas respuestas, al contrario llena de preguntas ¿Qué hacer cuando las autoridades no te hacen caso? ¿Cómo desmentir las declaraciones de los funcionarios que sólo pretenden su buena imagen y no su buen desempeño? ¿Quién es capaz de afrontar a los corruptos cuando la justicia son ellos mismos?

Ahora Clint Eastwood se integró a la fila de cineastas que toman el pretexto del entretenimiento como una forma obvia de denuncia, sin embargo no esperaba esa respuesta tanto de críticos como de la afición. Una película multinominada pero poco galardonada. Buena, sí, buena para una tarde de domingo.

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